Como saben los muchos lectores que
conocen sus columnas en la edición de El
País Andalucía, Luis García Montero
es, además de excelente poeta y estudioso de la literatura, un brillante
cronista, de los que generan seguidores fieles e incluso entusiastas.
Como él mismo nos dice en el
«Prólogo», «la columna exige el humor, el lirismo, el tiempo hecho vida, la
tarde de lluvia o los manteles de una fiesta recordada». El lector encontrará
todos esos ingredientes en las cincuenta
crónicas aquí seleccionadas por el propio autor. Aunque fueron apareciendo
sin regularidad entre 1995 y 2001, ahora conforman un «año imaginario, con sabor a fin de siglo», que se lee como un libro
homogéneo escrito al pie del calendario. García
Montero aborda en estas crónicas cuestiones mayores, como la huella
del tiempo, las relaciones familiares, las obligaciones sociales o la verdadera
edad (que es la del espíritu), siempre desde una perspectiva deliberadamente humilde y
cotidiana, como si fueran conversaciones de ascensor. Detrás de «la lluvia, el
sol, las mañanas de primavera, las bellezas y los peligros de la nieve, el
final de las vacaciones y el cocodrilo insaciable de las mesas de trabajo, la
rutina de las fiestas anuales, la prisa de los almanaques», este libro esconde
todo un ejercicio de estilo, una verdadera declaración de principios y, lo que
no es poco, un acercamiento poético a la realidad más inmediata.
INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA
Luis García Montero nació en
Granada en 1958. Es catedrático de literatura española en la universidad de
esta ciudad. Entre sus libros de poesía figuran títulos como El jardín extranjero (Premio Adonais,
1983), Diario cómplice (1987), Las flores del frío, Habitaciones separadas (Premio Loewe y
Premio Nacional de Literatura, 1994), Completamente
viernes (1998) o La intimidad de la
serpiente (2001). Como ensayista ha escrito varios libros y artículos sobre
distintos aspectos de la poesía europea contemporánea, entre los que destacan La otra sentimentalidad (con J. Egea y
A. Salvador, 1982), Poesía, cuartel de
invierno (1988 y 2002), El realismo
singular (1993), Confesiones poéticas
(1993), El sexto día (2000) y Gigante y extraño. Las «Rimas» de Gustavo
Adolfo Bécquer (2001). Aparte de varias ediciones críticas de obras de
Federico García Lorca, Rafael Alberti y Carlos Barral, ha adaptado para la
escena algunos clásicos, como Otelo, La Dorotea o La Celestina.